Cómoda ascensión al Alto del Pelejero desde Puertomingalvo, siguiendo en parte el viejo camino de Castelvispal. Espectaculares vistas del valle del río Linares y las sierras de Javalambre y Gudar. Regreso por la Masía y fuente de Las Juncosas, bajo los farallones calizos de Las Cinglas.
Las Cinglas |
Distancia : 10,9 km
Descripción del recorrido.
Partimos de El Puerto hacia el oeste, por el Portal de San Antonio. Junto a la carretera de Villahermosa del Río, a la derecha de la balsa de Lavarlana, comienza el antiguo camino de Castelvispal, por el que circularemos durante algunos tramos. La vieja balsa circular recibe su nombre del fin al que estaba destinada antaño, cuando la producción de lana era una actividad económica destacada en el pueblo.
Mas del Collao |
Dejamos atrás las casas del mas, a nuestra izquierda, y remontamos un azagador envuelto en verdes prados que nos aproxima al Pelejero. Ya en la falda del Alto, caracterizada por la casi ausencia de arboles, y la presencia de enebros y sabinas enanas, junto a gran cantidad de erizos o piornos azules (coixins de monja), seguimos las marcas amarillas y blancas, y los hitos que nos conducen a la cumbre (1.606 m.) coronada por dos grandes mojones. En los alrededores del pico permanecen aún varias trincheras de piedra seca de la Guerra Civil. Al sur se encuentra el profundo valle del río Linares, que circula a más de 600 m. de desnivel desde la cima, y al norte la Rambla del Puerto, origen del río Montlleó, y los montes de Las Ampolas.
Abandonamos la cumbre descendiendo hacia el oeste y, después de atravesar un breve pinar, nos dirigimos hacia el acantilado sobre el valle del río Linares. Ya sobre esta escarpadura denominada Las Cinglas, podemos dedicar un tiempo a descubrir el paisaje. Al sur, bajo nosotros la masía y la fuente de las Juncosas, al oeste en la vertiente opuesta el caserío de Castelvispal. En el lugar donde nos encontramos es fácil observar buitres leonados y grandes rapaces que anidan en los cantiles.
Proseguimos por la carena del acantilado sin perder altura siguiendo unos hitos de piedra, y abandonando las marcas amarillas y blancas que nos llevarían a la Fuente de la Pinilla. Nosotros daremos un pequeño rodeo para llegar hasta una casa en ruinas situada en la vertiente norte, sobre el ancho valle de la rambla del Puerto.
Por detrás de la casa, comienza una pequeña senda que baja adentrándose en el bosque de pino albar. Llegamos a un pequeño collado y salvamos un muro de piedra para desviarnos enseguida a la derecha (N) e iniciar el descenso, sin una senda definida, hasta alcanzar un claro donde una pista forestal hace una curva. La tomamos hacia el norte, continuando nuestro desmonte entre pinos silvestres y erizos, aunque de cuando en cuando surge algún pino laricio aislado. La pista rodea el pico del Cate (1.551 m.) por su vertiente septentrional, pasa cerca del masico de Ubón, que vemos a la derecha y muere al cruzarse con la pista que viene de la Encrucijada. En el cruce doblamos a la izquierda (S) para encaminarnos hacia el Mas de los Morrones.
El cómodo camino transita bajo los acantilados del Cate, por encima del Mas de las Calzadas, el cual se halla en un claro del pinar silvestre, salpicado de carrascas, robles y arces, que en otoño pintan el bosque de tonos verdes, amarillos y rojos. El Mas de los Morrones es un conjunto de casas, con una gran era, que se encuentran en un lugar encantador conocido como Los Morrones, y que toma su nombre de los peñascos prominentes que aquí se hallan. Aprovechando la orografía del terreno se han construido terrazas para el cultivo que aún hoy son aprovechadas en parte.
Fuente de las Juncosas |
Después de refrescarnos en la fuente, regresamos unos metros hacía las casas para retomar el sendero señalizado PRTE-31, que une Castelvispal y El Puerto. Siguiendo las marcas amarillas y blancas, ascendemos por la ladera de solana pasando sobre la fuente y, en ligera pendiente, marchamos hacia un abrupto collado, manteniendo siempre a nuestra izquierda las impresionantes paredes de Las Cinglas, donde es posible percibir los anidamientos de los buitres leonados y otras aves de menor tamaño. Cerca ya del collado que da acceso a la faja superior, pasamos cerca de la Cueva Larga. Se trata de un abrigo natural de gran altura pero reducida planta que es aprovechado como refugio por cabras y grandes aves.
Tras varios zigzag accedemos a la faja superior, por una zona rica en fósiles marinos. Ahora recorremos un frondoso robledal de quejigos, moteado de carrascas, arces, pinos silvestres y laricios. Al salir de éste, la senda hace una pronunciada curva que recorre las balmas que se forman bajo los escarpes calizos y, aprovechando uno de estos estratos, subimos a la siguiente faja desde la cual ya atisbaremos el mas del Collao, a donde nos dirigimos.
Al alcanzar el mas lo rodeamos por el sur, y nos reencontramos con la bifurcación que , al iniciar la travesía, nos llevó al Pelejero, ahora retomamos el camino hacia el este de regreso a El Puerto, al que llegaremos en pocos minutos.