Resumen.
Espectacular ruta que recorre el
Barranco Gisbert y el corazón del río Majo. Visitaremos unas
pinturas rupestres, el Castillo del Mallo, seis masías, tres fuentes
y un enclave forestal protegido. La caminata sólo es apta para excursionistas experimentados debido a
que, por lo escarpado del terreno, tiene varios tramos exigentes y, sobre todo, por la ausencia de camino
evidente en la mayor parte del itinerario.
|
Las Estacas (río Majo) |
Distancia aproximada: 13,6 km
Descripción del recorrido.
Comenzamos a caminar junto al km. 50
de la carretera A-1701, de Mosqueruela a la Iglesuela del Cid, a
1380 m de altitud, donde parte una pista forestal que, en dirección
sureste, se dirige a las
Pinturas Rupestres del Barranco Gisbert.
A los pocos minutos llegamos a las balmas donde se encuentran las
desfiguradas pinturas. Continuamos por un sendero de ganado que
transita paralelo a las balmas, por detrás del Masico del Agujero.
Pronto nos encaminamos al nordeste (izquierda) por unos bancales
yermos y, tras pasar un recodo rocoso, iniciamos el descenso
precipitado en cortos zigzag hasta el lecho del barranco Gisbert
(1300 m).
|
Fuente del Masico del Agujero |
Ya en el lecho, nos orientamos hacia
el sur (derecha) por una vereda que protege un muro de piedra.
Enseguida llegamos a la fuente del Masico del Agujero, con abrevadero
para los animales, que dejamos a la derecha para proseguir por el
cauce y, antes de alcanzar el lecho de un afluente, ascenderemos por
la ladera izquierda hasta acceder a una faja (1280 m), evitando el
gran salto que forma el cauce del barranco al precipitarse más de 20
m.
Durante los próximos 2 km vamos a
circular por la solana sobre una faja de terreno, más o menos plano,
que se ha formado sobre un estrato rocoso de calizas dolomíticas, y
sobre el que se realizaron algunos abancalamientos. Si estamos
atentos será fácil observar grupos de cabras hispánicas que
habitan en estos roquedales. El sendero, apenas definido, sigue en
altura el curso del barranco Gisbert hacia el sureste, el cual se va
alejando de nosotros al perder altitud según se va acercando a su
desembocadura en el
río Majo.
|
Gran balma del Barranco Gisbert |
Encima de esta faja están los
escarpes de otros estratos de dolomías rojizas del Cretácico
Superior, cuyos derrumbes han formado numerosos canchales que han
invadido las terrazas cubiertas de carrascas y pinos aislados. El
camino, a veces tortuoso y confuso, atraviesa varios de estos
canchales de piedras sueltas, producto del clima frío extremo.
Cuando llevamos recorridos por la faja
1 km aproximadamente, podemos contemplar en la ladera opuesta el
pequeño
Barranco de los Tilos donde, al amparo de la umbría
y lo agreste del terreno, ha sobrevivido un
bosquecillo
de tilos, tejos y álamos temblones, que visitaremos en
nuestro regreso.
Poco después de sobrepasar una casa
situada bajo nosotros, llegamos a una extensa área de canchales y
comenzamos a remontar la ladera para salvar un abrupto collado, al
tiempo que abandonamos la faja. Ya en el collado (1280 m) marchamos
hacia el norte (izquierda), primero entre muros de piedra y poco
después por terrazas invadidas por los pinos, para llegar al Mas de
los Mollares de Abajo (1260 m).
Atravesamos el mas por la era, entre
el corral y la casa, y a continuación cruzamos el Barranco del Moel
y trepamos por la vertiente opuesta hacia el sureste (derecha). Nos
encontramos con un muro de piedra que limita la ladera y un portón
que da acceso a un aprisco situado bajo una balma. Ahora remontamos
por encima de la balma en busca de varias terrazas escalonadas que
tenemos que subir en fuerte pendiente. Al llegar al tercer escalón
progresaremos por el bancal hacia la derecha (sureste), hasta que se
acaba prácticamente, donde nos desviaremos a la izquierda (este) y
volveremos a trepar hasta otro collado (1310 m).
|
Masía de los Sanmartines |
En la carena volvemos a encontramos
con un muro de piedra muy devastado que seguimos hacia la izquierda
(norte) hasta llegar a un portón que traspasamos, iniciando el
descenso por la umbría de otro ramal del barranco del Moel. Durante
un breve tiempo nos mantenemos junto a un muro de piedra, pero lo
franquearemos para dirigirnos hacia el sur (derecha) buscando el
lecho del barranco, que se encuentra bordeado por otro muro de
piedra. El umbroso bosque de pinos, carrascas, enebros y sabinas
permite el crecimiento del pastizal en un ambiente fresco y húmedo. Recorremos el estrecho torrente hasta
que se abre, entre terrazas y canchales, y entonces tomamos un
sendero que sube por la vertiente izquierda hacia la Masía de los
Sanmartines. Situados en las eras, donde finaliza la pista que da
acceso al mas (1250m), nos encaminamos hacia el sur por un sendero
que recorre la rocosa carena que separa los barrancos de los
Sanmartines y del Moel, donde los lapiaces calizos afloran por
doquier. En unos minutos alcanzamos un collado frente al castillo del
Mallo (1234 m) o del Majo.
|
Castillo del Mallo |
Esta inaccesible muela ha servido de
refugio y fortaleza a varios pueblos desde la edad de bronce,
destacando la etapa musulmana y la cristiana bajo medieval. Aún se
mantienen a la vista los restos de algunas construcciones en el lado
sur. Tras realizar la visita a los restos
del castillo, volvemos por nuestros pasos hasta el collado (1200 m)
que da acceso al Mallo. Aquí nos desviamos hacia el oeste para
rodear la muela descendiendo primero la ladera por un empinado
canchal hasta alcanzar una terraza (1140 m). Ahora seguiremos por
este bancal hacia la izquierda (sur), en suave descenso y manteniendo
siempre el cerro visible a nuestra izquierda. Cuando llevamos cerca
de 500 m rodeando el Mallo, ya en la vertiente del Barranco de los
Sanmartines, volvemos a descender abruptamente a la derecha (este)
cortando los bancales, hasta localizar un sendero bien claro que nos
dirige al sur (derecha). Llaneando, pasamos por la era de una casa
cuando ya vemos el cauce del
río Majo y la senda continua
hacia el oeste hasta llegar al Mas de las Estacas, en un meandro del
río.
|
Las Estacas |
Desde el mas (1025 m), nuestra ruta
inicia el regreso por un antiguo camino ahora hacia el norte, pasando
bajo los imponentes estratos de calizas dolomíticas que soportan el
Mallo. Este lugar es conocido desde antiguo con el topónimo de Las
Estacas debido a que entre esas paredes, clavadas en las grietas,
podemos ver numerosas estacas, al parecer de enebro, cuyo significado
y cometido se nos escapan. Curiosamente, a varios kilómetros de
aquí, en la Roca de Senallo (Benassal) ya en el río Montlleó,
también aparecen unas estacas similares en la misma situación.
Transitamos por la base de los
estratos junto a unas majadas para guardar el ganado y, tras cruzar
la desembocadura del Barranco del Moel, llegamos a la Fuente del Majo
(1020 m), en el mismo lecho del río. Ahora continuamos por un camino
en la orilla opuesta que asciende levemente y cuando hace una curva a
la izquierda lo dejamos para proseguir por un sendero que se mantiene
cercano al lecho del torrente. Enseguida nos encontramos con una
pista que desciende al río, la seguimos y cruzamos el humilde
caudal, frecuentemente seco. Antes de alcanzar las casas de un viejo
molino abandonado, dejamos la pista y ascendemos por la derecha por
una senda que nos conduce zigzagueando a la Masía del Morrón (1085
m), situada justo encima de nosotros. Este mas se halla en una
atalaya en la confluencia del barranco Gisbert al norte, y
río Majo
al sur, desde donde se pueden contemplar los imponentes farallones de
las Estacas coronados por el castillo del Mallo.
|
Tilo |
Junto a las eras del mas tomamos una
pista que se dirige al norte. En la primera bifurcación seguimos
recto, deslizándonos hacia el barranco Gisbert. Llegamos al cauce
cuando éste hace una curva a la derecha y la pista se torna senda
de ganado. Andamos unos 150 m. aguas arriba (norte) y justo cuando el
lecho dibuja una pronunciada curva a la izquierda, lo abandonamos
para trepar por la ladera izquierda entre el roquedal y las
carrascas, sin camino definido. Buscamos la carena del monte, por
donde circula una senda de ganado que va ganando altura bordeando la
pendiente y el carrascal. En el ascenso, frente a nosotros, vemos en
lo alto las casas de la Masía de las Celosías.
Después de pasar por unos bancales
roturados, dejamos las senda para subir a una pista que seguiremos
durante un breve trecho. Si observamos el terreno, hallaremos gran
cantidad de fósiles de orelles de moro (Exogira).
Enseguida la pista se bifurca, a la izquierda asciende a la Masía de
las Celosías, pero nosotros continuamos recto, camino de la Fuente
de los Tilos que encontramos a unos 300 m.
La pista finaliza y proseguimos por un
sendero bien definido. Poco a poco percibimos que las vegetación se
diversifica. Junto a los pinos laricios y carrascas, van surgiendo
avellanos, arces, tilos, tejos, acebos y mostajos, ya que estamos
llegando al
barranco de los Tilos, un lugar protegido por su
riqueza forestal. Atravesamos el lecho del torrente junto a ancianos
tilos y tejos, y avanzamos por la ladera opuesta por un camino más
ancho que baja al barranco Gisbert, en el que encontraremos acebos de
gran porte. Donde se unen el
barranco
de los Tilos y el de Gisbert, junto a los retorcidos tejos, ha
prosperado también un grupo de álamos temblones.
|
Mas de Gisbert |
Al llegar al lecho de barranco se
acaba el camino y remontamos el cauce hacia el oeste (izquierda). Al
principio atravesamos una angostura excavada en la roca que puede
resultar complicada si circula el agua, lo cual no suele ocurrir.
Pronto se va abriendo el cauce, bordeado por muros de piedra que
abancalan sus lindes. Al poco vemos las casas del Mas de Gisbert
(1240 m), en la confluencia con otro pequeño barranco. Dejamos las
casas a la izquierda y continuamos por la derecha cuando vemos ya la
gran balma de más de 20 m de altura que cierra este tramo del
barranco Gisbert. Sin dejar el cauce caminamos hasta la base de la
balma, donde se encuentra un antiguo camino mulero que asciende por
su izquierda. Actualmente está casi sepultado por los derrumbes de
la ladera y por el matorral espinoso, pero aún se mantienen las
piedras que bordean el sendero, en su serpentear hasta la cabecera de
la balma.
Cuando llegamos arriba (1300 m),
seguimos brevemente un camino ancho hacia la derecha (norte) hasta
alcanzar el lecho del torrente. Enfrente tenemos la fuente del Masico
del Agujero, a la derecha una casa y el salto, y a la izquierda un
torrente por donde circula un sendero de ganado que nos conducirá,
aguas arriba, hasta el aparcamiento donde iniciamos la excursión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario