jueves, 22 de marzo de 2012

Puertomingalvo - Cascada del Arquero

Resumen.

          Excursión al río Linares, descendiendo el valle por la fuente del Martín y el Barranco del Carbonero. Recorremos también un tramo del río entre el Molino Badal y el Molino Viejo, visitando la Cascada del Arquero. Finalmente regresamos por un viejo camino mulero, recuperado actualmente como PRTE-25.

Cascada del Arquero (Puertomingalvo)

Distancia aproximada: 10,5 km
Desnivel acumulado en subida y en bajada: 780 m.

Enlace al track de la excursión
 
 




Descripción del recorrido.

Ermita de Santa Bárbara
          Iniciamos esta ruta saliendo de El Puerto por el Portal Alto o de San Antonio, una de las cuatro puertas que permitían el acceso al recinto amurallado de la villa. Desde aquí nos encaminamos hacia el sur, hasta la Ermita de Santa Bárbara (1446 m.), una construcción del s. XIV de estilo gótico. Ésta se encuentra estratégicamente situada en un collado por donde llegan muchas de las tormentas que se suelen desarrollar en el valle del río Linares, adonde se asoma. Santa Bárbara fue una mártir cristiana del s. III, sacrificada por su padre pagano a quien, según la tradición, Dios castigó fulminándolo con un rayo. La creencia popular vincula a la santa con los truenos y le atribuye el poder de protegernos de los rayos y las tormentas.
Valle del río Linares trás la tormenta.
          Junto a la ermita sale una pista, asfaltada en parte, que comunica con Castelvispal, y junto a ella un estrecho sendero señalizado, que nosotros tomaremos, se encamina a la fuente y lavadero del Martín. Comenzamos un prolongado descenso al río Linares, conocido aguas abajo como río Villahermosa. Al principio el viejo camino, que se encuentra empedrado a tramos, transita por estratos del Aptiense de calizas ferruginosas, cuyo elevado contenido de hierro les proporciona su característico color rojizo. Entre los numerosos bancales, anteriormente muy aprovechados, vemos carrascas y algún roble quejigo.
          Pronto llegamos al Martín (1350 m.), un manantial aprovechado como fuente, abrevadero de ganado y lavadero. Este último ha perdido la techumbre, pero no hace muchos años todavía era utilizado por las mujeres de El Puerto. Un viejo nogal da sombra en verano y gracias al agua se mantienen pequeños huertos a su alrededor.

Lavadero del Martín
          Seguimos nuestro camino descendiendo entre muros de piedra. A ambos lados se suceden bancales abandonados. La carrera por la que transitamos se acomoda al terreno rocoso y unas veces se estrecha y otras se ensancha sobre un suelo pedregoso. Al pasar unas carrascas, la vereda se bifurca, el ramal de la izquierda se desliza hacia el barranco, pero nosotros seguimos por el de la derecha siguiendo un muro de piedra. Poco después llegamos al corral de un mas (1250 m.), donde nos desviamos hacia la izquierda (este) siguiendo el muro de piedra de un bancal. Cuando éste finaliza volvemos a desviarnos a la derecha (sur) para atravesar un pequeño bancal, y a continuación nos precipitamos (literalmente) por una peligrosa senda de ganado que cae unos 10 m. casi en vertical. Este tramo es confuso, por lo que hay que seguir los hitos que nos guían hacia un viejo camino, inundado de romeros y aliagas, que desciende paralelamente al lecho del barranco, alcanzando su cauce tras sucesivos zigzag.
           Atravesamos el barranco del Carbonero cerca de un humilde manantial, entre grandes bloques de caliza arenosa y pequeños prados aterrazados a la sombra de vetustos álamos negros. El camino, ahora más claro, sigue bajando por la vertiente oriental del barranco. En ambas laderas se escalonan estrechas terrazas, recuerdo de épocas fértiles. Pasamos las ruinas de una casa, y poco después nos acompañan un par de viejos serbales.
Quejigos en Las Viñas
          Al llegar al Masico del Cerro (1100 m.) en una loma margosa, el camino, que no deja de descender, se convierte en sendero de ganado que se adentra en un bosquete de pinos laricios y carrascos, salpicado de quejigos, carrascas, sabinas arbustivas y enebros. Aquí es fácil perderse por la intrincada red de rastros creada por las vacas que pacen en este lugar. Sigamos pues, los hitos de piedra para guiarnos. El sendero llega a un modesto quejigal y finaliza en la pista forestal que comunica El Puerto con el Masico Mojurra, justo a la altura de una masía en ruinas. Nos encontramos en una hombrera de erosión del valle fluvial del río Linares, cuya escasa pendiente y la orientación de solana han permitido la extensión de cultivos. Desde el s. XV hay constancia de la explotación de viñedos en esta zona, cuya partida recibe el nombre de Las Viñas. Este cultivo, como otros muchos, ha sido abandonado en la actualidad. La vertiente opuesta del valle, la de umbría, está ocupada por un denso pinar moteado de masías, algunas en explotación.
          Continuamos nuestra ruta por la pista forestal hacia la derecha (noroeste). Cuando llevamos recorridos unos 800 m. surge a la izquierda una bifurcación que desciende al río Linares. Al poco la pista se convierte en sendero, cuando vemos ya el Molino Badal en una curva del río. El paraje tiene un encanto especial. El molino está situado en un ensanchamiento del angosto lecho, rodeado de pequeñas terrazas de cultivo. Las cristalinas aguas del río fluyen tranquilas entre juncos y vegetación de ribera. Tanto los edificios como su entorno se encuentran en buen estado, gracias al cuidado de sus propietarios. Respetémoslos.
Puente del Molino Badal
          Hay un puente de madera que da acceso al molino, pero nosotros no lo utilizaremos, ya que continuamos, bajo una longeva carrasca, por una senda de ganado que circula por la vertiente orientada al sur. El camino va ganado altura poco a poco, alejándose del curso del río. En la ladera de enfrente podemos ver los restos del viejo canal, excavado y colgado en la roca, que conducía el agua hasta la balsa del molino. Enseguida caminamos por encima de los altos chopos que bordean la ribera del río.
          Tras pasar bajo la Casa Gil, llegamos a una pista y al Molino Viejo. Éste se encuentra abandonado desde que se incendió hace unos años, pero antes fue utilizado como casa rural. Aquí encontramos las señales del PRTE-25 que viene desde El Puerto. Ahora nos encaminamos hacia la Cascada del Arquero, por lo que bajamos al río y lo cruzamos por un viejo puente de madera, medio oculto entre enormes álamos negros. La estrecha senda asciende cerca del torrente que forma la cascada. Tiene algunas bifurcaciones a la izquierda que llevan al Mas Royo, pero nosotros debemos tomar siempre la de la derecha y más próxima al torrente.
          La Cascada del Arquero es un salto de agua de unos 10 m. de altura que se forma aguas abajo de una surgencia subterránea. Este manantial surge aprovechando una falla de hundimiento, que va desde el Alto de Tabas al sur, hasta el Molino Viejo al norte, formando el Barranco del Arquero. El agua puede aparecer en el barranco a diferentes alturas, según el nivel freático, formando otras pequeñas cascadas cuando es abundante. Al precipitarse por el acantilado, el agua va formando el travertino, al petrificar la vegetación que crece en la roca con el carbonato cálcico que transporta disuelto. El nombre del Arquero puede proceder del s. XII-XIII, ya que por está zona existía un lugar llamado las Cuevas de Domingo Arquero, según documentos de esa época.
Puente del Molino Viejo
          Después de disfrutar del bello paraje, regresamos al Molino Viejo por el mismo camino. Desde el molino, desandamos unos metros la senda que viene del Molino Badal y, al llegar a una cárcava de arenas blancas, dejamos la senda para encaramarse por la izquierda a un bancal buscando un camino mulero que va serpenteando a la Casa Gil. Las marcas blancas y amarillas nos indican que estamos en el PRTE-25 que nos conducirá hasta El Puerto. Al llegar a la Casa Gil, cruzamos una pista observados por monumentales carrascas.
          Entramos en un tupido bosque de carrascas, pinos, sabinas y enebros. Al poco, volvemos a encontrarnos con la pista, pero ahora tenemos que seguirla a al izquierda, remontando unos metros, hasta encontrarnos la senda a la derecha. Para ganar altura, el viejo camino mulero que comunicaba el Molino Viejo con El Puerto, no deja de serpentear en cortos zigzag. En nuestro camino, de nuevo nos cruzaremos con la pista un par de veces más, y aproximadamente en la cota 1150 m. abandonamos el bosque para seguir por una serie de bancales yermos.
Carrasca
          Nos hemos adentrado en la vertiente oeste de un escarpado barranco, donde se han asentado algunas terrazas de cultivo bordeadas de viejos chopos, grandes carrascas y algún pino rodeno. Atravesamos el lecho del barranco para continuar ascendiendo por la ladera opuesta. La vegetación que ahora destaca son gramíneas, aliagas, espliego y tomillo. Hay algunos bancales roturados y ganado vacuno paciendo. Pasamos por el collado del Mas de la Carrera, hasta donde llega una pista reciente que accede al mas. El PR circula paralelamente, unos metros por encima de ésta.
          Proseguimos salvando viejos bancales, ahora en desuso, donde han prosperado algunas carrascas y robles quejigos. Antes de incorporarnos a la pista asfaltada de Castelvispal, pasamos junto a la valla de una granja. Muy cerca ya divisamos la Ermita de Santa Bárbara. Desde este collado, a las puertas de El Puerto, los días claros se puede observar al este la costa castellonense y el mar Mediterráneo, y hacia el sur y el oeste se pierden en el horizonte los perfiles superpuestos de multitud de sierras como Javalambre, Espadá, Calderona, …
El Puerto


3 comentarios:

  1. Muy bonita la ruta

    Nos la apuntamos!!!

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  2. Una pregunta de donde conseguiis los planos topograficos donde marcais la ruta?

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    Respuestas
    1. Los mapas son los que se instalan en el gps. Yo utilizo Topohispania para la zona de Teruel y el del Institut Cartogràfic Valencià para la zona de Castellón. Ambos son gratuitos y se pueden descargar por la red.

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