domingo, 8 de enero de 2012

Las Ampolas - El Cabañil (Puertomingalvo)

Resumen.
          Ascensión a las tres cumbres de Las Ampolas, cuya altitud ronda los 1700 m., recorriendo la mayor parte de su carena y las cabeceras de los barrancos del Zarzoso y de la Mimbrera.

Las Ampolas

Distancia aproximada: 14,4 km.
Desnivel acumulado en subida y en bajada: 740 m.

Enlace al track de la excursión




Descripción del recorrido.
 
 
Masía de Valero
          Para iniciar esta excursión nos desplazaremos hasta la Masía de Valero, situada en la pista asfaltada que comunica El Puerto con Vistabella del Maestrat. Cuando llevamos unos 3,3 km de pista, a la izquierda, vemos las casas abandonadas del mas junto a las eras y un viejo serbal. Comenzamos la caminata buscando una vereda que se encuentra a la izquierda de las casas de la Masía de Valero, junto a una carrasca. Al principio, ascendemos la montaña serpenteando entre muros de piedra seca, por un camino mal conservado pero que mantiene el firme empedrado en algunos tramos. Después de salvar un par de escalones rocosos de calizas arenosas, rodeados de carrascas y bancales abandonados, el sendero se encamina hacia el collado de Las Ampolas dibujando una larga diagonal por la ladera, para ganar altura. A partir de los 1500 m. de altitud, la vertiente se hace más abrupta y las carrascas dejan paso a un despejado tomillar moteado de solitarios pinos silvestres, quejigos y arces.
Otoño en el collado de Las Ampolas
          Al aproximarnos al collado, el camino recupera los zigzag para superar el último tramo, al tiempo que atraviesa la torrentera que se origina en el mismo collado. Desde aquí alcanzamos a ver al este el vértice geodésico de Las Ampolas, una columna blanca de varios metros de altura. Ya en el collado de Las Ampolas ( 1650 m.), cruzamos una pista en busca de un sendero que desciende por la izquierda, entre los pinos, hacia el barranco del Zarzoso.
          Nos adentramos en el bosque umbrío de pino silvestre, donde la humedad facilita la extensión de musgos y líquenes, y el suelo se encuentra tapizado de sabinas rastreras y variedad de herbáceas como las violetas. El sendero comienza bajando hacia la izquierda, pero pronto gira a la derecha buscando el estrecho cauce del torrente, por el que caminaremos un tramo. Cuando la pendiente se suaviza encontramos una pista, que seguimos unos metros, hasta llegar a la confluencia con otro barranco procedente del este (izquierda) en una zona abierta con bancales. Aquí dejamos la pista temporalmente para atajar, siguiendo el curso del barranco del Zarzoso hacia el oeste (derecha). Sin camino definido, pero sin dificultad, avanzamos hasta que nos volvemos a encontrar con la pista.
Barranco Zarzoso
          Ahora caminamos hacia el norte, junto al lecho del barranco, por un tramo sin apenas pendiente. Las vertientes se encuentran densamente pobladas de altos pinos silvestres. El roquedo arenoso aflora en algunas partes, donde los procesos erosivos han modelado balmas que sirven de refugio para los animales. En el mismo cauce surge un discreto manantial, muy condicionado por la pluviometría, que se reconoce por unas piedras que lo delimitan y la vegetación acuática que lo rodea. La pista llega a un cruce con otra que baja por la derecha de la Masía del Lontanar. Estamos en el punto más bajo de la excursión, justo en la confluencia del barranco del Zarzoso con el procedente del Cabañil, y cuando el camino dibuja una prolongada curva hacia la derecha. Para evitarnos esta vuelta, dejamos momentáneamente la pista forestal y nos desviamos a la izquierda para remontar el torrente por un sendero de ganado.
Balsa del Cabañil
          Al recuperar de nuevo la pista forestal, continuamos ascendiendo hacia el norte. Según progresamos va clareando el pinar, el pino albar va dejando paso al pino laricio y vemos también maduros robles quejigos. Poco antes de alcanzar la loma encontramos a la derecha una balsa para el ganado. Tras pasarla nos cruzamos con otra pista y nos desviamos a la izquierda (oeste).
          Llegamos al Cabañil, una zona casi desprovista de arbolado donde predomina el espliego, el coixí de monja (piorno azul), le sabina rastrera y arbustiva, y el enebro. El suelo rocoso muestra las heridas de lo que parece ser un intento fallido de repoblación forestal, ya que se ha arado un extenso territorio levantando la roca caliza.
Masía del Cabañil
          Desde la Masía del Cabañil (1540 m), podemos disfrutar de unas buenas vistas, sobre todo del este, donde distinguimos el Pla de Vistabella, Culla y detrás las alineaciones paralelas a la costa de la Serra d'Espaneguera, la Serra d'En Galceràn y la Serra d´Irta. Al sureste tenemos la Serra de la Batalla y Penyagolosa. Al sur están las Ampolas, de donde venimos, y al Oeste podemos ver las antenas en el Azafranar (1701 m.) de Mosqueruela.
          Dejamos el mas y continuamos por la pista hacia el oeste. A nuestra izquierda la cabecera del barranco del Cabañil alberga una balsa con abrevadero. Pronto el camino dibuja una curva de 90 grados para dirigirse al sur (izquierda). Caminamos ahora por una loma plana, sin apenas pendiente, entre las huellas de una antigua explotación a cielo abierto de losas calizas.
Masico Quemado
          Al poco llegamos a un cruce con otra pista que tomaremos, hacia el noroeste (derecha) para descender a un pequeño valle con prados. Atravesamos un torrente seco y pasamos junto al Masico de Vives, después hay un cruce pero nosotros continuamos recto por la pista que asciende suavemente por la izquierda del valle hacia el Masico Quemado. Al llegar a este mas lo rodeamos y, por su espalda, ascendemos la loma para dirigirnos hacia el sur. Enseguida llegamos a un claro donde se hallan unos comederos para el ganado, que el camino deja a la derecha, y a continuación vemos la Masía del Cabezo, rodeada de muros de piedra.
          Se trata de una casa con cubierta a dos aguas y un corral techado para el ganado que enmarcan la era, además de otro corral cerrado por un muro de piedra en seco. La puerta principal y la era se encuentran al sur, desde donde parte un sendero que, siguiendo un muro de piedra, desciende al barranco de la Mimbrera. Al finalizar el muro bajamos a los bancales abandonados para atravesarlos en perpendicular a la pendiente. Ya en la vertiente opuesta, cruzamos una pista y buscamos un antiguo camino forestal que remonta por el pinar.
Masía del Cabezo
          Hemos regresado al bosque de pinos silvestres con un sotobosque plagado de sabinas rastreras, erizos (piorno azul) y herbáceas. El camino sube hacia el suroeste hasta llegar a un viejo corral abandonado, donde gira hacia el oeste (derecha) para ascender a la Muela de las Hoyas (1705 m) segunda cumbre de Las AmpolasCerca de la cumbre aflora, a la izquierda del camino, una forma de erosión cárstica que se conoce como lapiaz. La acción corrosiva del agua ha atacado la roca caliza del suelo agrandando y profundizando las grietas y esculpiendo acanaladuras. Rodeamos la cumbre poblada de pinos silvestres, y cuando empezamos a bajar nos cruzamos con otro camino que tomamos hacia la izquierda. Rápidamente alcanzamos la vertiente sur de Las Ampolas que ya mantendremos hasta el final de la excursión. Vamos ahora a recorrer la mayor parte de la carena de la sierra, de oeste a este. Primero pasamos por la Muela de las Hoyas, caminando por una pista bien definida flanqueada en ocasiones por restos de trincheras de la guerra civil española, desde las que el ejército republicano intentó, en el año 1938, detener el avance hacia Valencia de las tropas nacionales.
          Cuando el camino hace una curva a la derecha, lo abandonamos para atajar, y nos desviamos a la izquierda para descender un estrato rocoso entre los pinos. Recuperamos la pista unos metros más abajo y continuamos hacia el collado de las Beatas, donde se pierde el camino. Ahora seguimos los hitos que nos guían hacia la derecha, en busca de una senda de ganado que transita por el borde de la montaña.
Cantil de Las Ampolas
          Ascendemos suavemente hacia el Canto de las Ampolas (1723 m.) por un claro que deja el bosque a la izquierda y el valle a la derecha. En la cota 1680 m cruzamos un muro de piedra que atraviesa la ladera en perpendicular, y comenzamos a subir los últimos escalones rocosos que nos separan de la cumbre. Cerca de la cima llegamos a un llano donde hallamos una nueva pista que desciende hacia el siguiente collado. Una vez en él, justo antes de que tuerza a la izquierda, dejamos la pista para subir por la derecha una ladera despejada de arbolado que nos conduce, por una desdibujada senda de ganado, al vértice geodésico de las Ampolas (1698 m.).
          Si no lo hemos hecho todavía, esta atalaya es un buen lugar para contemplar los sistemas montañosos que nos rodean. Al este la Serra de la Batalla y Penyagolosa, al sur la Serra de Espadà, entre otras que se pierden en el horizonte y al oeste Javalambre. Desde la columna que marca el vértice geodésico iniciamos el descenso hacia el collado de las Ampolas, bordeando el cantil entre las sabinas rastreras y los erizos que siembran el suelo rocoso, y los pinos que sobreviven a los vientos que azotan la cumbre. Al llegar al collado (1650 m.) coincidimos con el camino de ida. Retomamos la senda por la que ascendimos para descender, ahora de regreso, a la Masía de Valero, final de la excursión.


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