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Cañón del río Montlleó desde L'Ortisella Distancia aproximada: 9,87 km |
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Ermita de la Mare de Deu de L'Ortisella |
Esta ruta comienza en la ermita de la Mare de Deu de l’Ortisella, en Benafigos.
Según la tradición documentada tiene su origen en el s. XVI, cuando un labrador, probablemente del cercano Mas d’Escrig, encuentra una imagen de la virgen mientras estaba labrando estas tierras.
En 1567 concluye la construcción de la primera ermita que será ampliada posteriormente en los s. XVII y XIX, construyendo además los edificios anexos para refugio de peregrinos y caballerías.
Desde entonces se celebran anualmente tres romerías desde el pueblo, en el que se celebran misas y se reparten las fogassetas y el panoli. En el recinto hay un viejo olmo de grandes dimensiones muerto hace unos años por la grafiosis, y en los alrededores manan normalmente tres fuentes: la Font de Baix, la de Dalt y la de Darrere.
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Font de Baix |
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Bancal de almendros en flor |
Hemos dejado nuestros coches cerca de la Font de Dalt y, después de visitar este tranquilo y encantador lugar, iniciamos el recorrido bajando a la Font de Baix, desde donde tomamos una corta pista hacia el Este. Pronto se convierte en senda bajo un bancal de piedra seca, en el que se cultivan almendros, ahora, a finales de febrero, en flor.
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Font del Mas d'Escrig |
Enseguida, llegamos a una vaguada flanqueada de altos álamos donde se halla la Font del Mas d‘Escrig, y poco después llegamos a las casas del mas.
Su estado actual es de abandono y algunos de sus edificios se han derrumbado, hasta el punto de invadir la senda que vamos a tomar.
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Mas d'Escrig |
Dejamos pues la pista y giramos a la izquierda en busca del sendero que circula por detrás de las casas. Atravesamos, con cuidado, los escombros de la pared caída sobre el camino, y seguimos un trazado algo confuso entre estrechos bancales abandonados. Unos 200 m. más adelante la senda se clarifica y ya reconocemos lo que fue un camino tradicional, bien trazado, que era utilizaado por los masoveros para descender al río Montlleó en tiempos pasados.
Nos adentramos en un denso bosque de pino carrasco, enebro, sabina negra, … con abundante monte bajo de romero, brezo, lentisco, …
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Río Montlleó |
Desde la altura vemos el sinuoso lecho del río Montlleó, generalmente seco, pero que se llena de vida periódicamente con las lluvias copiosas de los temporales de Levante.
En nuestro descenso cruzamos el Barranc de l’Ortisella, cerca del cual hallamos las ruinas de un viejo horno de cal.
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Horno de cal en ruinas |
Al llegar al Tossal de les Vinyes el sendero se convierte en pista, que al poco rato llega a una bifurcación. Seguimos por la derecha en descenso hasta alcanzar el pedregoso y seco lecho del río Montlleó.
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Cauce del río Montlleó |
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El Cingle Verd desde el lecho del río Montlleó |
Los cantos rodados calcáreos, blancos y de tamaños variados, nos acompañaran durante algo más de 1 km en el que estaremos caminando por el cauce. Una antigua pista que va bordeando los serpenteantes meandros, nos facilitará el camino, allí donde aún se mantiene. Hay que tener en cuenta que, cada año, el lecho se inunda en momentos de abundantes lluvias, arrastrando vegetación y otros materiales.
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Penyacalba |
Nos hallamos en la parte más profunda del cañón del río Montlleó. Desde aquí observamos los impresionantes farallones calizos de la Penyacalba, la Cingla de Salustià y el Cingle Verd que se precipitan sobre nosotros desde los más de 1000 m. de altitud de sus cimas, hasta la cota de los 480 m. en la que nos encontramos.
Cada meandro tiene su nombre, así pasamos por la Volta de Gavina, la del Porró y la de Fidel, antes llegar al cruce con el camino de Culla, que baja de la Penyacalba, y está señalizado como PRCV-225.
Ahora abandonamos el cauce del río y comenzamos el ascenso ininterrumpido hasta la ermita de L’Ortisella. Al principio, una pista nos conduce a unos campos de cultivo que al sobrepasarlos se convierte en sendero. Este es uno de los caminos tradicionales que comunicaban, a pie y a lomo de mulas, las poblaciones de Culla y Benafigos.
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Río Montlleó |
De nuevo, recuperamos el denso bosque de la umbría, en el que a los pinos se incorporan ejemplares de carrascas. Al ascender podemos ver mejor las cavidades que asoman de las paredes de las cinglas, y las parejas de buitres que anidan en las repisas rocosas de sus acantilados.
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Cuevas en el Cingle Verd y buitres |
Al finalizar la senda hallamos un aljibe en perfecto estado que fue construido o restaurado 1953.
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Aljibe |
Llegamos a una pista forestal que tomaremos en ascenso y que no abandonaremos hasta finalizar la ruta.
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Mas de Marín |
Por el camino pasamos junto al Mas de Marín y cerca de él, junto al camino, encontramos un grupo de carrascas centenarias de grandes dimensiones.
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Carrasca monumental |
Por fin, tras cruzar al barranco de L’Ortisella, llegamos a la Font de Darrere, como su nombre indica en la parte trasera de la ermita. La fuente tiene una serie de inscripciones que celebran la fundación de la Setena de Culla, comunidad medieval a la que perteneció el municipio de Benafigos.
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Font de Darrere |